Se evacuó todo el edificio y Jane Doe se puso muy enferma. La llevaron al hospital, donde permaneció tres días. Jane Doe desarrolló una neumonitis intersticial no específica, que es una lesión pulmonar. Como nadie más resultó gravemente herido entre los cientos de empleados, la causalidad médica fue muy discutida.

Al principio, Jane Doe no pudo encontrar un bufete de abogados que la representara y tuvo que presentar su propia demanda. Incluso el gran bufete de abogados que se ocupaba de su caso de indemnización laboral se negó a aceptar su caso contra los contratistas.

Seis meses después, Jane Doe se puso en contacto con nuestro bufete de abogados y aceptamos llevarnos su caso. Demandamos a cinco empresas constructoras y al propietario del edificio. Se trataba de un caso muy difícil en el que intervenían muchos neumólogos, cada uno con una opinión diferente sobre la causa, el diagnóstico y el pronóstico de la lesión pulmonar de Jane Doe. Además, se discutía la responsabilidad. Había seis acusados, todos ellos negando su responsabilidad y señalándose mutuamente. El caso se complicó aún más cuando uno de los acusados más culpables se declaró en quiebra.

Pero después de varios años de litigio, pudimos obtener un acuerdo en efectivo de $1 millón de dólares.